Este es un blog que hoy empiezo con el proposito de compartir, procesar y aclarar algunos conceptos que atañen a los creyentes de la fe cristiana. No intento hacer un foro religioso o sectarista, y me abstendré de atacar otras religiones, a menos que haya que aclarar creencias erroneas a la luz de la Biblia. Busco, a traves de un estudio profundo de la palabra, contestar algunas preguntas de aquellos que tienen dudas (yo incluido) acerca de la forma en que algunas creencias y doctrinas han sido transmitidas a traves del tiempo. Para esto tendré que indagar en diferentes materias de estudio bíblico tales como la hermenéutica, historia, arqueología y algunas otras, que harán la misión más práctica e ilustrativa. Un punto muy importante que hay que tomar en cuenta es el hecho que hay cosas que no se pueden explicar o comprobar científicamente; donde la comprensión de las tales depende exclusivamente de la fe del individuo y/o de la revelación del Espíritu Santo.

Habiendo dicho ésto, empecemos nuestro recorrido...

Saturday, March 10, 2012

El arca de Noé y la resurrección de Jesús

La Biblia siempre tiene algo que revelar a los que se acercan a ella con una mente abierta y con la fe necesaria para esperar una revelación o confirmar las que son dadas a plena vista. Leyendo yo el capítulo 8 de Génesis, hice un hallazgo que me sorprendió enormemente.
     En Génesis 8.4 leemos: “Y reposó el arca en el mes séptimo, á diecisiete días del mes, sobre los montes de Armenia”. Si estudiamos un poco la cronología de la crucifixión de Jesús, llegaremos a la conclusión de que hay muy altas posibilidades de que las dos fechas coincidan: la fecha en que el arca descansó y la resurrección del Señor (en diferentes tiempos, desde luego).
     Ahora, habrá que tener algunos detalles en cuenta para poder establecer una comparación o armonía. El mes séptimo en el calendario civil (éste pasaje bíblico parece indicar que es el calendario civil al que se refiere, porque  todavía no se instituía el calendario sagrado de la liturgia levítica) es el mes primero, o Nisán, del calendario sagrado, que es el mes de la Pascua y la crucifixión del Señor.
     Fue el día 14 de Nisán cuando el Señor fue juzgado y crucificado; Lucas 23.44-46 nos dice que era la hora nona (3 de la tarde) cuando Jesús expiró. Y lo que nos dice el evangelio de Juan nos dará luz en cuanto a la hora en que Jesús fue sepultado, para establecer de ahí la hora de su resurrección. Dice Juan 19.31: “Entonces los Judíos, por cuanto era la víspera de la Pascua, a fin de que los cuerpos no quedasen en la cruz en el día de reposo (pues aquel día de reposo era de gran solemnidad), rogaron á Pilatos que se les quebrasen las piernas, y fuesen quitados de allí”. O sea que, en ésta semana hubo dos sabbat; uno, a razón del gran día festivo y el otro por ser el usual día séptimo del reposo. Para ilustrar éste punto podemos leer Marcos 16.1 y Lucas 23.56, y compararlos.
     Si sepultaron al Señor antes del gran día, significa que lo sepultaron antes de la puesta del sol de ese día; porque, a diferencia de nuestros días que empiezan después de la medianoche, los días judíos empezaban antes, cuando el sol se ponía. Jesús tuvo que ser sepultado un poco antes de la puesta del sol (Nisán 14), porque unos instantes después sería el 15 de Nisán, que era la fiesta grande de los panes sin levadura  o matsot.
     En Mateo 12.40, Jesús dice: “Porque como estuvo Jonás en el vientre de la ballena tres días y tres noches, así estará el Hijo del hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches”. La expresión “tres días y tres noches” la entendemos por algo que denota cierto grado de exactitud; en éste caso, 72 horas. Las 72 horas se cumplieron el día 17 de Nisán (día 17, del mes séptimo, en el calendario civil) poco antes de la puesta del sol. Mateo 28.1 nos dice: “Y la víspera de sábado, que amanece para el primer día de la semana, vino María Magdalena, y la otra María, á ver el sepulcro”. Así que, en la mañana del 18 de Nisán el cuerpo ya no estaba ahí. Ningún evangelio dice que Jesús resucitó el domingo, excepto Marcos 16.9, pero algunos estudiosos dicen que hay en él un serio error de transcripción; e incluso otros estudiosos de la Biblia aseveran que es éste un versículo apócrifo. 
     Desde luego que, como tantas otras cosas de la doctrina y teología bíblicas, esto está sujeto a discusión; y lo único que podemos hacer por ahora es tratar de sacar conclusiones con la información que poseemos.

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