La posesión demoníaca es, sin duda, uno de los temas más escabrosos en la teología de la iglesia cristiana. Algunas denominaciones aceptan el fenómeno como algo verdadero, otras lo ignoran, y algunas otras lo consideran una afectación religiosa. Mientras la ciencia, por otro lado, trata de catalogarlo, de acuerdo a su sintomatología, como una enfermedad mental más.
Pero, ¿en verdad existen los demonios? ¿Hay razones lógicas suficientes para creer que los demonios pueden habitar un cuerpo humano y hacerlo sufrir bajo su influencia? ¿Acaso será la creencia en la posesión demoníaca y el exorcismo una afectación de religiosidad extrema?
Sin tratar de extenderme, trataré de contestar a cada una de las preguntas de una forma clara y concisa. Primero que nada habrá que decir que, como cristiano, yo no sólo creo que la Biblia es la palabra de Dios, sino que también creo que el contenido de ella es literal, a menos que se indique lo contrario; como en las parábolas e ilustraciones que Jesús usaba para transmitir algunos conceptos, por ejemplo. O, incluso en algo de la simbología utilizada en el Apocalipsis, cuya interpretación va implícita si se sigue el contexto de lo que dice.
Los demonios existen, y son los ángeles que siguieron a Satanás en su rebelión contra el Dios todopoderoso, de los cuales la Biblia dice: “A los ángeles que no guardaron su dignidad, más dejaron su habitación, los ha reservado debajo de oscuridad en prisiones eternas hasta el juicio del gran día”. Jud. 1.6. Y son estos mismos los que andan merodeando, en la nada, tratando de encontrar gente que les de cabida con sus actividades espirituales equivocadas. Por eso el apóstol Pablo nos previene que tomemos la armadura de Dios: “Para que podáis estar firmes contra la asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne; sino contra principados, contra potestades, contra señores del mundo, gobernadores de estas tinieblas, contra malicias espirituales en los aires”. Ef. 6.11-12.
Al incurrir la gente en actividades espirituales erroneas como la práctica de la hechicería, la santería, curas alternativas que involucran rituales y adoración de ídolos u ofrendas a los tales, están abriendo una puerta para que el espíritu venga a morar en ellos. Y la Biblia es muy clara en prevenir a uno contra eso, pero alguna gente aun así decide hacerlo y se sale automáticamente de la protección divina, a través de actos de rebelión y desobediencia.
“Cuando el espíritu inmundo ha salido del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo, y no lo halla”, dice Jesús en el evangelio de Mateo (12.43). Pero, ¿como va a salir un demonio de un hombre sin antes haber entrado en él? Es así como se contesta a la segunda pregunta, porque además dice el Señor que, si el hombre no toma provisiones espirituales para estar protegido, el espíritu inmundo deambula y merodea: “Entonces dice: Me volveré a mi casa de donde salí: y cuando viene, la halla desocupada, barrida y adornada. Entonces va, y toma consigo otros siete espíritus peores que él, y entrados moran allí; y son peores las cosas últimas del tal hombre”. Mt. 12.44-45.
Pero hay una cura contra la posesión demoníaca, y es ésta la respuesta a la tercera pregunta. Dice la palabra que Jesús, “llamando a sus doce discípulos les dio potestad contra los espíritus inmundos, para que los echasen fuera, y sanasen toda enfermedad y toda dolencia”. Mt. 10.1. Como se verá, aquí no se mencionan doctores, psicólogos o chamanes; sino el puro poder de Dios, sobre toda calamidad.
A partir de aquí vino lo que se conoce como exorcismo, que es la capacidad de echar demonios de un cuerpo en el nombre de Jesús… por el poder de Dios. Dice el libro de Hechos 16.18 que cuando la muchacha con espíritu pitónico hostigaba a Pablo, éste cansado de oírla, “se volvió y dijo al espíritu: Te mando en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella. Y salió en la misma hora”. Sólo se requirió hacerlo en el nombre de Jesucristo. Está es la diferencia entre hacerlo bien, liberando a la victima de los lazos satánicos; o fracasar, causando un daño irreversible, como ha pasado en infinidad de casos en que se usa el nombre de María. Habiendo dicho esto, no veo la necesidad por ahora de ahondar más en el tema.
Jesucristo nunca existió y sus apóstoles tampoco . Todo el Nuevo Testamento es simplemente una colección de librillos poéticos seudo religiosos,configurados hábilmente por el imperialismo romano de la época para penetrar y desterrar la religión judía e imponer a los dioses y semidioses grecorromanos de ahí es que Saulo de Tarso un judío nacido en Roma es usado como agente encubierto para llevar a Israel las BUENAS NUEVAS y pervertir al judaísmo pero no lo consigue,por eso es que Saulo derrotado vuelve a Roma,convertido en PABLO predicando a un SEMIDIOS ,figura muy familiar para los romanos,llamado XISTUS,hijo de un DIOS con una MUJER ,a quien atribuye poderes sobrenaturales como por ejemplo afirmar que todo aquel que se convirtiera a EL no moriría y tendría VIDA ETERNA ,y es en Roma,capital del Imperialismo de esa época donde surge y se desarrolla el CRISTIANISMO que luego va corriendo como reguero de pólvora a todas las colonias romanas y posteriormente a gran parte del mundo occidental .En nuestros dias la Santa Madre Iglesia Católica continúa en Roma y el cristianismo protestante es usado ahora por el imperialismo ANGLO-AMERICANO como instrumento de penetración ideológica de los pueblos tercermundistas.
ReplyDelete¿Quisiste decir "librillos religiosos seudo poéticos", tal vez? De hecho, Saulo de Tarso, como su nombre lo indica, nació en Siria, que era una colonia romana; por eso él gozaba de ciudadanía romana. A Roma vino a parar por cuestiones políticas y burocráticas, y ahí encontró su fin. La prueba más grande de la existencia de el Cristo, es que puede tocar tu vida en formas que nada ni nadie (vivo o muerto) pueden hacerlo, y darte una verdadera razón de vivir; lo que la religión hace, es punto y aparte. Hay otras cosas que el imperialismo "anglo-americano" y los poderes del mundo están utilizando como instrumentos de penetración, más eficientes que la ideología cristiana, y tú mismo eres victima de eso, sin saberlo. Un saludo. Shalom...
DeleteComo dijo Anton LaVey, fundador de "la iglesia de Satán": "el hecho que tú no creas en Dios, no significa que no exista". Y lo mismo te digo yo a ti: el hecho que no creas en Jesús Cristo, no significa que no existe. Shalom...
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