Este es un blog que hoy empiezo con el proposito de compartir, procesar y aclarar algunos conceptos que atañen a los creyentes de la fe cristiana. No intento hacer un foro religioso o sectarista, y me abstendré de atacar otras religiones, a menos que haya que aclarar creencias erroneas a la luz de la Biblia. Busco, a traves de un estudio profundo de la palabra, contestar algunas preguntas de aquellos que tienen dudas (yo incluido) acerca de la forma en que algunas creencias y doctrinas han sido transmitidas a traves del tiempo. Para esto tendré que indagar en diferentes materias de estudio bíblico tales como la hermenéutica, historia, arqueología y algunas otras, que harán la misión más práctica e ilustrativa. Un punto muy importante que hay que tomar en cuenta es el hecho que hay cosas que no se pueden explicar o comprobar científicamente; donde la comprensión de las tales depende exclusivamente de la fe del individuo y/o de la revelación del Espíritu Santo.

Habiendo dicho ésto, empecemos nuestro recorrido...

Tuesday, March 29, 2011

Tarso y los origenes de Pablo

 Uno de los personajes más apasionantes de la Biblia es, sin duda, Saulo de Tarso, mejor conocido como el apóstol Pablo. Y esto no se debe nada más al hecho que, de los veintisiete libros del Nuevo Testamento, se le atribuyan catorce a él, sino que, aparte de ser un cristiano de probado celo y fe, era también un hombre inteligente y erudito; atributos que lo han hecho materia de estudio en más de un circulo intelectual. 
     Pero, no es de Pablo del que me voy a ocupar ahora, sino de su lugar de origen: Tarso; y las caracteristicas de ésta ciudad que proveyeron al hombre con el conocimiento y la educación de sus años formativos, que le permitirían, a la vez, llegar con su doctrina a un vasto auditorio de gente de diferentes estratos sociales, que iban desde el hombre común hasta funcionarios del gobierno. Vaya, el origen citadino y culto de Pablo se notaba incluso en el tipo de metáforas que usaba para ilustrar sus ideas, que contrastaban con el carácter rural de las ilustraciones de Jesús.
     Hace dos mil años, Tarso era la ciudad más importante de la provincia de Cilicia, en la parte oriental del Asia Menor --en la geografía moderna Tarso queda localizada en el sur de lo que ahora es Turquía--, habiendo sido declarada libera civitas (ciudad libre) por el general romano Marco Antonio, en el año 42 a.C..  Este era el lugar donde, en los tiempos de Pablo, convergían el oriente y el occidente, por ser un crucero del comercio, mismo que fluía activamente de ambas formas: por mar y tierra.  Al norte de la ciudad resaltaban en lo alto los montes Tauro, que eran la base de la industria maderera, uno de los principales baluartes del comercio en la región.
     Por ser Tarso la ciudad marítima e internacionalista que era, uno no puede evitar pensar en la imagen del hombrecillo extraño que pone un papel --con un mensaje críptico-- en las manos de un visitante, para luego desaparecer en un callejón oscuro.
     Los filósofos más prominentes de Tarso se adherían al Estoicismo, sistema filosófico --que promovía la paz personal por medios no materiales-- que, aunque pagano, provería al mundo antiguo de algunos de los pensadores más nobles. Un ejemplo de esto último lo tenemos en el filósofo Atenodoro, quien dió el siguiente consejo a César Augusto: “Cuando te enojes, César, no digas nada hasta que hayas repetido las letras del alfabeto”.
     Fue éste, pues, el mundo donde nació, y vivió sus años formativos, uno de los hombres más inteligentes de la historia; que fue, también, un probado varón de Dios, y a quien se le confió gran parte de la doctrina fundamental de la cristiandad. Y quiero añadir, para cerrar la nota, que a los que han sabido implementar ésta doctrina en sus vidas, les ha redituado abundantemente en paz, sabiduría y... vida eterna. 
     Para este texto utilicé información contenida en el Bible Almanac, de Packer, Tanney y White (1980).

El recuento de los años perdidos



Debido al las inmensas cifras milenarias de la edad del mundo, que manejan arqueólogos, antropólogos y cientificos comerciadores del tiempo, mucha especulación ha habido respecto a la antiguedad del globo terraqueo, y de que si la Biblia es una simple supercheria literaria escrita por algunos artistas talentudos de las letras.  Todo eso debido a la crónica humana contenida en ésta, que aparentemente no le da más de 7,000 años de edad a la tierra, y eso contando los dos mil años después de la era cristiana.
     Para un verdadero estudio de la Biblia tiene uno que aprender a leer más allá de la apariencia, he ahí la frase de “leer entre lineas”.  Hay una teoría a la que yo, por fe, me suscribo, y ésta es la llamada teoria del gap ó del lapso; que dice que los años de la prehistoria, con sus cambios climáticos y sus eras geológicas, quedaron sepultados en el espacio que hay entre el versículo 1 y 2, en el capítulo inicial del primer libro de la Biblia: Génesis.
     El primer versículo de la Biblia dice: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”; o sea, la creación del mundo desde el comienzo.  A lo cual le sigue, en el segundo versículo: “Y la tierra estaba desordenada y vacia, y las tinieblas estaban sobre la haz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la haz de las aguas”. Y he aquí lo que da pie a la sospecha de una falta de conexión directa entre los dos versículos.
     Dios hace las cosas perfectas y en perfecta armonía, y si la Biblia habla de una tierra desordenada y vacia significa que tal vez ese ya no era su estado inicial.  En otras palabras, algo totalmente catastrófico pudo haber pasado en la tierra, que la sumió en un completo estado de caos.  ¿Pero que pudo ser de tal magnitud?  Es aquí donde viene lo más interesante, porque nos permite introducir una de las partes más escabrosas de la escritura: la caida de Satanás y sus angeles rebeldes.
     Dice la palabra acerca de Satanás: “Toda piedra preciosa fue tu vestidura; el sardio, topacio, diamante, crisólito, onique, y berilo, el carbunclo, y esmeralda, y oro, los primores de tus tamboriles y pífanos estuvieron apercibidos para ti en el día de tu creación”. Ez. 28.13. O sea, fue un angel consentido, pero también dice: “Fuiste lleno de iniquidad y pecaste: por lo que yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego”. Ez. 28.16. Más claro ni el agua, lo echaron del cielo.
     “Yo veía a Satanás, como un rayo, que caía del cielo”, dijo Jesús en el capitulo 18 de Lucas, y aunque aquí hablaba en tiempo presente, también hacía alusión a la estrepitosa expulsión de Lucifer, del cielo, que menciona Isaías 14.12, algunos setecientos años antes.  Y es probablemente esa caida la que puso al mundo “patas arriba”, posible razón por la que los metales preciosos --que antes probablemente estuvieran en la superficie de la tierra-- quedáran sepultados, sumiendo al mundo --de pasada-- en un estado completo de caos.  Que fue en el estado en que lo encontró el versículo 2 de Génesis 1.
     En el versículo 1, Dios creó los cielos y la tierra, y a partir del versículo 2 viene la creación del hombre y todo lo demás, incluidos los dinosaurios que, después de todo, tal vez no sean tan viejos. 
     Uno de los argumentos de los que objetan a esta teoría es que, si hay una brecha entre versículos, ¿por qué no nos lo dijo Dios?  Por la misma razón que él no nos explica --literalmente-- el cumplimiento de los tiempos desde Daniel hasta nuestros días; ó el misterio (también literalmente) de la trinidad.   
     Por la razón que sea, Dios no es muy claro en algunas cosas, pero en las cosas más importantes él ha sido muy claro al revelarnoslas: como la salvación y el buen vivir.  “Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios: mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos por siempre, para que cumplamos todas las palabras de ésta ley” Dt. 29.29.

La poesía y el amor que redime

 No me mueve, mi Dios, para quererte, el cielo que me tienes prometido”, dicen los primeros versos de “A Cristo crucificado”, soneto clásico de la poesía española; conocido por una máxima devoción expresada, que exalta, además, el sufrimiento de la crucifixión y el único tipo de amor que puede llevarnos a la redención: el amor a Dios. 
     Hasta hace algún tiempo, criticos y estudiosos no daban pie con bola respecto a la autoría de dicho soneto, y varios nombres se barajaron, incluido el de él poeta nicaragüense Rubén Darío. Después de varias elucubraciones, se llegó a la conclusión de que el autor no fue otro que Fray Luis de Guevara, religioso agustino que vivió de 1585 a 1646, aproximadamente. De acuerdo al libro La literatura mexicana, de Felipe San José G. (1985), él fraile mexicano fue conocido por versos y sonetos con un profundo acento místico, lo que hace más fácil la asunción acerca de su autoría del poema. 
     La razón principal por la que yo dudo que alguien con el talento y la inspiración de Rubén Darío fuera el autor de tal pieza, es porque, primero que nada, el caracter liberal de Darío y sus ideas sofisticadas acerca de lo espiritual distan mucho de ofrecer pistas acerca de un posible fervor cristiano. Además,  existen datos indicando que el hermoso texto apareció publicado por primera vez allá por el año 1628; y el autor de "Primaveral" no nacería hasta doscientos sesenta y un años más tarde.
     A continuación transcribo el poema para los que gustan de la verdadera poesía: 

No me mueve, mi Dios, para quererte,
el cielo que me tienes prometido,
ni el infierno de todos tan temido
para dejar por eso de ofenderte.

Tú me mueves Señor: muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido,
muéveme el ver tu cuerpo tan herido
muévenme tus afrentas y tu muerte.

Muéveme en fin tu amor, de tal manera
que aunque no hubiera cielo yo te amara
y aunque no hubiera infierno te temiera.

No tienes que me dar porque te quiera,
porque aunque lo que espero no esperara
lo mismo que quiero te quisiera.

     Básicamente, lo que el poeta dice es que, cuando aprendemos a amar a Dios de tal manera --y sí se puede--, todo lo demás pasa a segundo término, porque ese amor nos mueve a hacer lo que sea con tal de acercarnos más a él. Y una forma de aprender a amar a Dios es pensando en el padecimiento indecible de Jesús en el madero, el cual sufrió por nosotros.   
     Cuando Josué, ya viejo, sabiendo que su muerte se acercaba, se despidió del pueblo de Israel; y una de las cosas que les previno fue: “Por tanto, cuidad mucho por vuetras almas, que ameís a Jehová vuestro Dios”. Jos. 23.11. 

El estanque de Siloe

Hay un pasaje en la Biblia que es hermoso de una manera especial, porque habla de un milagro de esos que dan constancia de cómo la ciencia se queda muy corta delante del poder de Dios: cuando todo parecía indicar que no había más esperanza para él, un hombre que era ciego de nacimiento recibió la vista a manos de Jesús. 
     En su evangelio, Juan nos dice que Jesús pasaba y vió al ciego, cuya integridad moral cuestionaron los apostoles, si acaso estaría así por pecar él o sus padres; a lo que el Señor contestó que ni lo uno ni lo otro: que el hombre estaba así para que las obras de Dios se manifestasen en él, y por lo tanto tomaría cartas en el asunto: “Conviéneme obrar las obras del que me envió, entre tanto que el día dura: la noche viene cuando nadie puede obrar. Entre tanto que estuviere en el mundo, luz soy del mundo. Esto dicho, escupió en tierra, e hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo en los ojos del ciego y díjole: ve lávate al estanque de Siloe (que significa, si lo interpretares, Enviado). Y fue entonces y lavóse, y volvió viendo”. Juan 9.4-7.
     Ese es el relato bíblico, y ahora nos remitimos a los hechos; porque tal estanque ha sido descubierto no hace mucho tiempo.
     El volúmen 32 (no. 5) de la revista Biblical Archelogy Review (septiembre/octubre, 2005) da la crónica del hallazgo. Y ésta nos lleva hasta los días de la construcción de dicho tunel, 700 años antes de Cristo, cuando el rey Hezechías, sabiendose a punto de ser invadido por los asirios, quiso proteger el abastecimiento de agua en la ciudad y mandó construir un tunel que llevaría el agua desde su origen, en la Fuente de Gihom, para desembocar en el estanque milagroso de Siloe, dentro de la ciudad. El hecho está consignado, a grandes rasgos, en el capítulo 32 del libro segundo de Crónicas, en el Antiguo Testamento. 
     Los primeros hallazgos del lugar se hicieron formalmente en el verano de 2004, cuando se descubrieron unos escalones en el lado poniente de la Ciudad de David, en Jerusalém. Unos meses después, en 2005, estos escalones revelarían algo más concreto: el susodicho estanque, junto con el tunel de Hezechías --ambos  fueron grandes proyectos de ingeniería--, y ya han sido corroborados ambos por los principales arqueólogos bíblicos del mundo. Increible ver como la ciencia a veces sirve para algo bueno.

La Biblia y el sexo


Uno de los mitos más sonados y aborrecibles que la gente ha inventado, contra Dios y la cristiandad, es que el pecado original fue el sexo, y que Dios está en contra de las relaciones sexuales. Y de acuerdo a esa patraña, todos los cristianos no son más que unos hipócritas, que niegan las funciones naturales del cuerpo. ¿Si Dios no quiere que tengamos relaciones sexuales, como se va a cumplir su orden cuando dice, “creced y multiplicaos”?  Ni modo que todos los niños fueran a ser fruto del Espíritu Santo.
     Este es uno más de los mitos que han llegado a nosotros a traves de erroneas doctrinas; que no son otra cosa que invenciones y tradiciones de hombres. Para empezar, el pecado original consistió en la desobediencia a la orden expresa que el Señor le dió a Adán: “De todo árbol del huerto comerás; más del árbol de ciencia del bien y del mal no comerás de él; porque el día que de él comieres, morirás”. Génesis 2.16-17. Como vemos aquí, en ninguna parte se menciona el tipo de fruto, ni mucho menos se dice que sea un afrodisiaco que fuera a incitar a Adán y Eva a cometer actos de alcoba.
     De hecho, una de las instrucciones que nos da el apóstol Pablo, bajo la inspiración del Espíritu Santo, es que, como conyuges nos debemos a nuestra pareja y, por ende, debemos satisfacernos mutuamente: “La mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino el marido: e igualmente tampoco el marido tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino la mujer. No os defraudéis el uno al otro, á no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos en la oración: y volved á juntaros en uno, porque no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia”. I Corintios 7.4-5.
     Ahora, hay algunas instancias en que el sexo se prohibe, y esto es cuando se hace fuera del matrimonio, ó con otra persona que no sea la esposa o el esposo; ahí sí Dios no quiere ni que lo pensemos.  En otras palabras, todo lo relacionado al sexo está contemplado para hacerse dentro del matrimonio: “Honroso es en todos el matrimonio y el lecho sin mancilla; más a los fornicarios y a los adulteros juzgará Dios”. Hechos 13.4.
     Un libro muy ilustrador de la santidad del acto sexual, en el matrimonio, es el Cantar de los Cantares, en el Antiguo Testamento

Humillarse en su presencia

El mejor antídoto contra el orgullo.

Monday, March 14, 2011

La huida de José y Maria a Egipto

Recién nacido Jesús, hacia el año 4 a.C., el rey Herodes fue notificado de la profecía que hablaba del nacimiento, en Bethlehem, del guia que apacentaría y regiría al pueblo de Israel. Temeroso de ser destronado por éste, se puso a indagar con diligencia donde había nacido el futuro Mesías, para matarlo y así evitar su advenimiento. Más, como no recibiera la información correcta, decidió hacer todo lo posible por desaparacer tal amenaza de la faz de la tierra, y mandó matar a todos los niños menores de dos años.
     Pero Herodes no contaba con que el ángel del Señor aparecería en sueños a José, padre del niño, para prevenirlo, ordenándole: "Levantate, y toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y estate allá hasta que yo te lo diga; porque ha de acontecer que Herodes buscará al niño para matarlo". Mateo 2.13
     José, como era un varón de probada fe, en ningún momento cuestionó la revelación y, ni tardo ni perezoso, enseguida puso manos a la obra. La aparición había ocurrido en la noche y  Mateo 2.14-15 dice que José, “despertando, tomó al niño y a su madre de noche, y se fue a Egipto; y estuvo allá hasta la muerte de Herodes”. El tal Herodes del que la Biblia habla era el llamado Herodes el Grande, también llamado Rey de los Judios, que no era más que un monigote de los romanos, y quien murió no mucho tiempo después, de una muerte lenta y dolorosa, según el historiador judio Flavio Josefo.
     En Los Trabajos de Philo el Judio, el historiador y filósofo dice que en esos tiempos vivían 1,000,000 judios en Egipto. Un dato extra que daré aquí, es que estos sabían muy poco hebreo y arameo, sus lenguas madres, siendo ésta la razon por la que la Biblia tuvo que ser traducida del hebreo al griego; dando así origen a la famosa Septuaginta, una traducción de los judios de Alejandría que sería despues leida en las sinagogas a traves de todo el imperio romano.
     Es de Alejandría, también, de donde proviene la interpretación alegórica de la Biblia, ya que ésta ciudad egipcia fue un centro importante de erudición judia en el periodo intertestamental. Cuando sus padres llevaron al infante Jesús ahí, aun había varias comunidades judias en el Delta del Nilo, donde se habían establecido desde tiempos del profeta Jeremías. Lo cual hace muy certera la posibilidad de que fue en alguna de esas comunidades donde José y Maria encontraron refugio.

Pérgamo y el trono de Satán

Hacía más de treinta años de la crucifixión de Jesucristo, y casi todos los apostoles que anduvieron con él habían ya muerto por su nombre, cuando el apóstol Juan, desterrado en la isla de Patmos (en el mar Egeo, al sureste de Grecia), se encontraba en el Espíritu en el día del Señor, recibiendo la revelación y la orden de escribir cartas a siete iglesias. “Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias que están en Asia; a Efeso, y a Smirna, y a Pérgamo, y a Tiatira, y a Sardis, y a Filadelfia, y a Laodicea”. Apocalipsis 1.11. Y ésta orden la recibió ni más ni menos que del mismo autor de la fe cristiana, el Alfa y Omega, el principio y el fin: Cristo Jesús.
     “Y escribe al angel de la iglesia en Pérgamo: el que tiene la espada aguda de dos filos dice estas cosas: Yo sé de tus obras, y donde moras, donde está la silla de Satanás; y tienes mi nombre y no has negado mi fe, aun en los días en que fue Antipas mi testigo fiel, el cual ha sido muerto entre vosotros, donde Satanás mora”. Apocalipsis 2.12-13
     Apocalipsis es uno de los libros de la Biblia al que los incredulos llaman alegórico, y al que no le conceden ninguna verosimilitud. Porque, de acuerdo a los mismos, su contenido es estrictamente simbólico. Sin embargo, a traves del tiempo se ha comprobado que contiene fundamentos histórico-proféticos, o sea, que ha profetizado de hechos que sucederían después y que se convertirían en parte de la historia universal; y todo esto desde una base histórico-geografíca, porque los lugares que menciona y describe son lugares que existían como tales al momento de ser grabados en el relato bíblico. Pérgamo era la ciudad que ahora se conoce como Bergama, en Turquía.
     La imaginería usada por Juan en el Apocalipsis iba más allá de lo simbólico, ya que la relación que hace de Pérgamo con “el trono de Satán” sugiere que algo visible en la ciudad inspiró ésta asociación. En el volumen 32 (no. 3) de la revista Biblical Archeology (Mayo/Junio, 2006), Adela Yarbro Collins, profesora de crítica e interpretación del Antiguo Testamento en la universidad de Yale, escribió un artículo donde señala que el mencionado trono no es otro que el Gran Altar de Pérgamo, reliquia que hoy tiene su morada en el Museo del Estado en Berlín, Alemania.
     Como sabemos, el proposito expreso de un altar es la adoración de el sujeto en cuyo honor está hecho el altar; y ahí se ofrecen sacrificios, comida y oración, entre otras cosas. En el Gran Altar de Pérgamo se representa la lucha de los dioses del Olimpo contra los gigantes, hijos del cielo y de la tierra, y fue hecho para honrar a algunos personajes de la mitología griega, ambos humanos y dioses. Una de las cosas que el autor del Apocalipsis enfatiza, bajo la inspiración del Espíritu Santo, es la condenación de Dios a la iglesia cristiana en Pérgamo, por “comer de cosas sacrificadas a los idolos”.
     Para concluir la nota, cabe hacer mención que, de acuerdo a la profecía dispensasionalista, Pérgamo representa el periodo Iglesia-Estado en la historia de la iglesia, que sucedería en el siglo cuarto con el advenimiemto de Constantino. Este es, también, el periodo que antecedió la catastrófica politización y corrupción de la iglesia cristiana como institución religiosa, y que tuvo su máximo auge con la iglesia papal. Pero ese ya sería otro tema a tratar.

El infierno



Muchos de los que creemos en la enseñanza bíblica alguna vez hemos cuestionado la existencia del infierno y el hecho de como Dios, siendo un Dios de amor, permite que un día alguna gente se pierda para siempre en un lugar de tormento eterno.  Pero a nuestra generación le ha tocado vivir tiempos muy difíciles de maldad extrema.  Un ejemplo muy palpable es lo que está pasando en Ciudad Juárez, México, donde la masacre, la tortura y la crueldad humanas han sido llevadas a sus más brutales manifestaciones, y me refiero no sólo a la profusión y lo demoniaco de estas, sino la impunidad de la que gozan todos los que se incurren en éstas prácticas nefastas.
     Es aquí donde el dicho de “el que la hace la paga” empieza a tener sentido, y es así como la justicia divina y el pago a los que incurren en la maldad contra Dios y contra su prójimo cobra una legitimidad que tiene la forma de la esperanza; la única esperanza en éste mundo dominado por los malos, donde los verdaderos autores de la maldad son los que tienen un nombre honorable y la legitimidad que la burocracia y diplomacia conceden. 
     Porque no son los sicarios y los terroristas los verdaderos autores de nuestros tiempos, ellos sólo son los que dan la cara y la vida; los verdaderos autores muchas veces no tienen un rostro público y tienen más poder del que un Osama Bin Laden o un Muammar Kadafi nunca pudieran imaginar. Y son esos los que están en contacto directo con Satanás y sus demonios, obedeciendo instrucciones de como tomar el mundo por asalto de una vez por todas; cosa que están a punto de cumplir por un tiempo, antes de la segunda venida de Jesús Cristo.  Para esos desde ahorita esta destinado un lugar en el infierno y no se les puede tener lástima, porque tanto lo humano como lo espiritual tienen parametros muy definidos, y hay gente que los ha traspasado a consciencia.
     ¿Pero qué es y de qué se trata el infierno? El infierno es el lugar de tormento eterno donde las almas de los inicuos van a parar, cuando Dios nos cobre cuentas a todos y también vengue a los suyos de los malvados: "Y los pueblos serán como cal quemada: como espinas cortadas serán quemados con fuego". Is.33.12.  Tenemos un alma que eventualmente sobrevivirá la muerte del cuerpo, y es la que pagará por el uso que hicimos de ese cuerpo. Para el cristiano el cuerpo es el templo del Espíritu Santo, que de hecho es el uso expreso para el que fue diseñado en todos: "¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno violare el templo de Dios, Dios detruira al tal: porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es". I Cor. 6.16-17.
     Es muy justo pues que los que ahora están gozando, a costillas del dolor de otros, reciban su merecido pago, que al fin y al cabo ellos también han tenido la opción de escoger el bien sobre el mal. A la gente le gustan las cosas fáciles y toman todo como si no hubiera mañana, siguiendo modas y corrientes donde van las mayorías; pero muy pocos meditan y piensan en hacer lo correcto, y dice la palabra: "El camino de la vida es hacia arriba al entendido, para apartarse del infierno abajo". Pr. 15.24.  O sea, pensar en la cosas que lleven al cielo, en lugar de las cosas que lleven al infierno, como los cultos esos extraños a la Santa Muerte, Malverde, santeros, gurús y todo tipo de idolatrías necias en los que la gente común incurre. Con todo ese tipo de espiritualidad equivocada, no sé porque la gente se extraña de que el mundo esté como esté.
     Pero en fin, sin el deseo de hacer de esto un sermón, simplemente quise decir lo que siento respecto a lo que pasa alrededor del mundo. Los corazones se enfrían cada vez más y la gente está muy ocupada en lo suyo, sin reparar que hay un día en el que todos vamos a dar cuentas de como hemos vivido nuestras vidas en la tierra.  La Biblia habla de como en los días de Noe, la gente estaba muy afanada, "casandose y dandose en casamiento", y a muchos el diluvio los tomó por sorpresa, porque no creyeron a la advertencia.
     Encima de no ser felices por estar perdidos en amarguras, celos, rencores y todo tipo de acciones fuertes que corroen el alma, un día dejaremos éste mundo pensando que ya vamos a descansar, cuando nuestro verdadero suplicio apenas empieza. "No os maravilléis de esto; porque vendrá la hora, cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron bien saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron mal a resurrección de condenación". Jn. 5.28-29. 

El rey cantandole al Rey

Elvis Presley fue conocido como el rey, el rompecorazones e ídolo de las multitudes, que con su forma de cantar y de moverse estremeció al mundo de la música popular, en la segunda mitad de los años cincuentas; el mundo ya no sería el mismo, porque había sido gravemente afectado por el rock and roll. Pero de la gran variedad de música que Elvis interpretó, su faceta de interprete de música cristiana fue una de las que mas satisfacciones le redituaría. El rey del rock and roll, el gran icono de la cultura pop, también le cantó al Rey de reyes y a la gran fe: la fe cristiana.
     Sabido era el habito de Elvis de juntar a sus músicos en su camerino, despues de algún concierto, para que lo acompañasen mientras él entonaba algunos de sus cantos de fe favoritos; mismos que por su calidad de interpretación, al ser grabados en el estudio se convertirían en parte del repertorio por el cual el cantante sería reconocido. Junto a canciones de renombre como Heartbreak Hotel, Jailhouse Rock, It’s Now or Never y Suspicious Minds en la memoria de los fans quedarían cantos como How Great Thou Art, He Touched Me y His Hand in Mine, todos ellos dirigidos a la persona de Jesús, e interpretados con un gran sentimiento.
     Ahora, no se sabe si lo que movía a Presley a cantarle al Mesías era un verdadero fervor o simple sentimentalismo, ya que bastante se ha hablado de las extravagancias del cantante respecto a su curiosidad por algunas formas extrañas de esoterismo. En el libro Elvis: What Happened? (Elvis: ¿Que pasó?), relato acerca de los últimos años de la vida del artista, tres de los hombres de su séquito, Sonny West, Red West y Dave Hebler, cuentan al escritor Steve Dunleavy que Elvis creía en algunas filosofías místicas, en la numerología y en la reencarnación; además de tener una morbosa fascinación por la muerte, tal vez a raíz del deceso de su madre. 
     Es difícil de saber, pero sí tiene sentido que como adulto Presley haya querido volver a sus raices culturales de muchacho del sur en Estados Unidos y, por nostalgia o por revivir el recuerdo de su madre, devolverse en el tiempo a traves de los cantos de su infancia y juventud,  que oía en servicios de la iglesia y la escuela dominical. Yo personalmente creo que tal vez haya sido sentimentalismo. Pero lo que sí es muy cierto es que al escuchar algunos de estos cantos en la voz del cantante, uno siente como si en ellos le fuera la vida y un deseo genuino de rendir su homenaje al glorioso redentor. 
     Elvis grabó varios discos con temas cristianos y hay por lo menos 10 cantos cuya interpretación y forma de proyectar son un gran balsamo espiritual, que en verdad inspiran al oyente a alabar y adorar a Dios. Estos se encuentran en YouTube:
“Somebody Bigger than You and I”
“Reach Out to Jesus”
“Only Believe”
“How Great Thou Art”
“He Touched Me”
“His Hand in Mine”
“I Believe in the Man in the Sky”
“Put your Hand in the Hand”
“If the Lord Wasn’t Walking by my Side”
“There is no God but God”

Saturday, March 12, 2011

La esclavitud bendecida

Gracias a las religiones mal encauzadas, Dios y la Biblia han tenido muy mala fama entre ateos, anticristianos y todo tipo de mal llamados librepensadores. Todo esto debido a las interpretaciones incorrectas de algunas de sus ordenanzas. El Pentateuco, que consta de los primeros cinco libros de la Biblia (Génesis, Exodo, Levítico, Números y Deuteronomio), en el Antiguo Testamento, es uno de los textos que más de cuatro críticos han usado para atacar al Dios de la Biblia. Así que, usaré una disposición de Deuteronomio para ilustrar lo que digo.
     La esclavitud era una actividad aprobada por Dios; pero antes de poner el grito en el cielo, hay que poner atención a las circunstancias en que ésta sucedía. A todo el pueblo de Israel se le repartió su heredad por igual, excepto a los Levitas, porque, por ser los ministros del pueblo, su heredad era Dios mismo. Ahora, como sucede hasta en la mejores familias, entre los judios había derrochadores que gastaban su parte en nada y se quedaban en la calle; y eran esos los que después se vendían como esclavos. 
     Dice la ordenanza bíblica: “Cuando se vendiere a ti tu hermano Hebreo o Hebrea, y te hubiere servido seis años, al séptimo le despedirás libre de ti. Y cuando lo despidieres libre de ti, no lo enviarás vacío: le abastecerás liberalmente de tus ovejas, de tu era, y de tu lagar; le darás de aquello en que Jehová te hubiere bendecido”. Deuteronomio 15.12-14. Bastante “inhumano”, ¿no? Además, los esclavos tenían la opción de quedarse para siempre con sus amos: “Si él te dijere, no saldré de contigo; porque te ama a ti y a tu casa, que le va bien contigo; entonces tomarás una lesna, y horadarás su oreja junto a la puerta, y será tu siervo para siempre”. Deuteronomio 15.16-17.
     También había instrucciones acerca de los Levitas y los desheredados: “Al cabo de cada tres años sacarás todo el diezmo de tus productos de aquel año, y lo guardarás en tus ciudades: y vendrá el Levita, que no tiene parte ni heredad contigo, y el extranjero y el huerfano, y la viuda que hubiere en tus poblaciones, y comerán y serán saciados; para que Jehová tu Dios te bendiga en toda obra de tus manos que hicieres”. Deuteronomio 14.28-29.
     Algo en que pensar, respecto a Jehova-jireh, el Dios que provee. 

Friday, March 11, 2011

El gozo en el nombre de Dios

Aleluya es más que una expresión religiosa: es expresión de azoro ante la presencia divina.